26 de noviembre de 2009

Día 13 - Tokyo en estado puro.

Va a ser el primer día que realmente haga turismo en Tokyo. Y tengo ganas.

Antes de iniciar la marcha, no puedo dejar pasar la poportunidad de volver a entrenar en el Aikikai Hombu. Así que una vez que salgo de clase a las 9, me dirijo hacia Asakusa.


Jarra de cerveza con la espuma (fresquita, mmhhh).

Es un distrito muy conocido siendo sus principales atracciones el templo Senso-ji (budista) que constituye el centro del barrio, el mercado de Kappabashi y el parque Sumida-koen.

Al templo Sensoji se accede por una puerta con un enorme farolillo rojo, y dos guardianes a los laterales, llamada puerta Kaminarimon.


Puerta Kaminarimon.


Acceso al templo Sensoji.

Una vez cruzas la puerta nos encontramos con Nakamise, una avenida entera llena de tiendas de souvenirs, comida, ropa...donde si no t controlas, puedes dejarte mucho dinero jeje

En casi todos los santuarios Shintoistas y en los templos Budistas se encuentra el Omikuji. Son tiras de papel de loteria sagrada. Consiste en echar una limosna, luego coger uno de los dos recipientes metalicos y moverlo ya que en su interior hay palillos largos con un numero, sacas un palito por el agujero y buscas el numero que te ha tocado en las cajitas numeradas, cada una tiene un tirador de color blanco. Sacas el papelito de la caja numerada y lees lo que te ha tocado. Lo que hay que hacer es atarlo a la rama de un arbol o a unas cuerdas que suele haber al lado, para hacer desaparecer la mala suerte, y si te ha tocado buena suerte para mantenerla.


Aquí los tubos con los palillos en el interior, y las cajas con papeles.


Soporte donde atar el papel que te haya tocado.

Al lado del templo se encuentra el parque de atracciones más antiguo de Japón, el Hanayashiki, inaugurado en 1853, hoy todavía funcionan algunas de sus atracciones. Una de las más famosas, es este "tiovivo" de casas colgantes.



Bueno,pues una vez visitado el barrio de Asakusa, cojo el metro para dirigirme hacia Odaiba.

Odaiba es una isla artificial en la bahía de Tokyo. Originalmente, se construýo para defender a Tokyo de los posibles ataques por vía marítima. Con el paso de los años, y gracias a que la economía japonesa de la década de 1980 estaba avanzando a grandes pasos, Odaiba fue entonces conceptualizado como una vitrina para mostrar un estilo futurista de vida, y actualmente se trata de un área comercial y de entretenimiento.


Vista de Tokyo desde Odaiba. Al fondo, el Rainbow Bridge.


Alguno de sus edificios más representativos.

Otra atracción de la isla es Palette Town, un complejo de ocio, tiendas y entretenimiento donde se encuentra la Ferry Wheel, una noria gigante de 115 metros de altura, que por la noche se ilumina, creando impresionantes dibujos sobre la oscuridad en la noche Tokyota.


Palette town, complejo de tiendas y entretenimiento.

También está Mega Web, el Salón del Automóvil de Toyota donde se pueden ver los últimos modelos de vehículos de la marca, híbridos y eléctricos, y alguna de sus últimas soluciones de movilidad personal, los Winglet. Son una pasada verlos en funcionamiento.


FT-EV II. Future Toyota Electric Vehicle. II. Como mola.


Varios modelos de Winglets. Yo quiero uno para Navidad!!


Autobús visto en Odaiba. Aquí en España lo apedrearían...


Tienda de accesorios para gatos (ropa, camas, comida...) en Odaiba.

Empezaba a anochecer, y aún tenía muchas cosas previstas para visitar en Tokyo. Así que volví a coger el tren de vuelta, y me dirigí hacia el centro administrativo y de negocios de Tokyo, para visitar el Tocho, o efidicio del Gobierno Metropolitano de Tokyo. Más que bonito es impresionante, y en el último piso hay un mirador de 360º gratuito desde puedes ver toda la ciudad.


Tocho.


Vista desde el mirador. Parece Blade Runner eh?


Rascacielos en la zona del Tocho.

Aún es pronto, son las 17:30, así que antes de ir hacia la torre de Tokyo, decido ir por la zona de Omotesando.
Es una calle comercial repleta de tiendas de ropa de primerísima marca. Pero lo mejor está en las callejuelas que parten desde Omotesando hacia el interior, con pequeñas tiendas de ropa más modestas, restaurantes... todo con un ambiente muy acogedor y con mucho encanto. Ahí se encuentra Omotesando Hills, un enorme edificio que hace las veces de centro comercial con más de 130 tiendas de ropa de lujo, entre otras cosas.


Gimnasio en Omotesando.


Tienda de Louis Vuitton en Omotesando (osea te lo juro Borjamariiii)


Bazaar Oriental, muy famosa por vender productos típicos muy bien de precio.

Son las 19, y comienzan a cerrar los comercios. Así que pongo rumbo a la famosa Torre de Tokyo, que cierra tarde. Después de bajarme en la parada equivocada de metro, y de andar alrededor de ella casi una hora, al fin llego a la Torre de Tokyo.
Mide 332,6 metros de alto, 8,6 más que la Torre Eiffel, con lo que es la torre de metal más alta del mundo, aunque no es tan conocida como la torre francesa. La Torre de Tokio pesa unas 4.000 Tm, a diferencia de las 10.100 Tm de la Torre Eiffel. Y está pintada de blanco y rojo, aunque por la noche se ve así de bonita.





Como no sé si algún día iré a París (Espero que si, alguna me acompañaaaa?), y por si no vuelvo a tener la oportunidad, subo hasta el piso más alto de la Torre por unos 1500 Y, en ascensor. Hubiera preferido subir andando, pero no se podía.


Impresionanteeeee!

Bueno, el día no da para más. Son casi las 22h, bastante tarde si tengo en cuenta que desde las 7 de la mañana estoy dando vueltas. Ha sido un día muy completo. Me voy hacia el hotel. He visto en una tele en el metro que mañana lloverá. A ver si se equivocan, ahora no parece que vaya a llover...

2 comentarios:

  1. OOO MY GOD kiero ir a la tienda de accesorios de gatos hay dios mio kiero ir amo los gatos y si entro ha esa tienda me MUERO. PORQUE NO TOMARON PICCS de adentro aich...

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