20 de noviembre de 2009

Día 05 - Nara

Me he dormido. Normal, depués de la noche que he pasado. Vaya cuerpo... ni desayunar puedo. En fin, que corriendo a la estación a coger el tren hacia Nara. Ya pensaba que me había equivocado de tren, porque sólo estábamos el borracho de primera fila, y el otro que lo pasó un poquito peor al fondo...


Parece que estoy bien eh? El de atrás no tanto... (ampliar)

Nara es uno de los destinos turísticos más importantes de Japón debido a la gran cantidad de templos antiguos y bien conservados. Los templos y ruinas de Nara forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Otro de sus atractivos es su inmenso parque por donde campan libremente centenares de ciervos sagrados (se les considera mensajeros de los dioses).


Shita (ciervos sagrados). Algunos tenían un poquito de mala leche (divina, claro).

Un dato importante es que Nara fue en la época Nara (710-784) capital de Japón, durante la cual se construyeron la mayoría de sus templos.

Y después de esta breve introducción, llegamos a Nara a las 09:30, y en el mostrador de información turística me ofrecen la posibilidad de que un guía me acompañe (de manera gratuita) para enseñarme la localidad. Perfecto! Así no perderé tanto tiempo, y además podré hablar un poquico.

Camino de la zona turística paso a recoger a Shino, estudianta de 22 añitos que le gusta esto de enseñar su pueblo a la gente para poder practicar idiomas (inglés, mal pensados).


Entorno de los templos, bonito, verdad?


Jardín cercano a los templos.


Casa dentro del parque, dedicada a la Ceremonia del Té.


Construcción octogonal dentro del recinto de templos.

Tōdai-ji

Es un templo budista que alberga una estatua gigante del "Buda que brilla a lo largo del mundo como el sol", conocido simplemente como Daibutsu (gran buda). Aun habiendo sido reconstruido 2 veces por causa de incendios provocados por la guerra, siendo así un 33% más pequeño que el original, ostenta el record mundial siendo la construcción de madera más grande del mundo.


El templo original, y sus sucesivas reconstrucciones (hasta la actualidad).


Shino y David con el Todai-ji al fondo. Cuando se abren las hojas de
la ventana que se ve al fondo, se puede ver la cabeza del Daibutsu
a través de ella.



Daibutsu en el interior del templo. Es enorme.


Shino con mi placa, toda emocionadica.

Una vez visitado Nara, es hora de comer. Que me lo he ganado. Después de invitar a un chocolate caliente a Shino y despedirme de ella, entro a comer mi primer Okonomiyaki, que básicamente consiste en una masa con varios ingredientes cocinados a la plancha. Comunmente llamada la "pizza japonesa", no tiene absolutamente nada que ver con las pizzas que conocemos. La gracia que tiene, además de que puedes prepararlo tú mismo, es que puedes añadir los ingredientes que quieras. Estoy pensando que un restaurante de éstos en España triunfaría seguro.


Mmmhhh que ricooooooo...

Ya con la tripita llena, pongo camino de Fushimi Inari, para visitar uno de sus templos más importantes.


Entrada al recinto.


Un rincón perdido entre los templos.


Más fuentecillas purificadoras...


Templo y pagoda de 5 pisos...


Más Daibutus...

En Fushimi Inari, lo más atractivo es este pasillo de tooris rojas, pero a mí no me dio tiempo a verlo, porque ya había oscurecido, estaba lloviendo, y no tenía ganas de ir en su busca. Una lástima no haber llegado media horica antes. Peeero os dejo aquí una maravillosa foto de Sr. Google, que sí estuvo.


Hasta el infinito y más alláaaa...

Bueno, es hora de regresar a la estación. Estupendo. Pierdo el último autobús que sale del templo hacia la estación por 1 minuto. A andar que toca. Lo malo es que llueve. Y hace frío. Joooooo! Pero llego a Kyoto. Y la noche me aguarda una bonita sorpresa. La torre de Kyoto, que por el día me pasó desapercibida, aparece ahora frente a la estación en todo su esplendor.


Hala que chula!

Y poco más, a cenar y a dormir. Mañana más (y mejor).

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