27 de noviembre de 2009

Día 14 - Tokyo, del pasado al futuro en unas paradas de metro...

Parece que la tele no se equivocaba. Me despierto y oigo como el agua golpea los cristales de la habitación. Vaya. Bueno, no hay mal que por bien no venga. Aprovecharé para ir de museos. Que dentro no llueve jeje.

Cerca de la estación de Ueno se encuentra el Parque Ueno. Es un gran espacio verde, donde se encuentran el Museo Nacional de Tokyo, el Museo Nacional de Ciencia, el Museo Nacional de Arte Occidental, el Zoológico, una sala de conciertos... que hacen de este lugar uno de los más concurridos, sobre todo en verano. Actualmente está literalmente tomado por los vagabundos, sobre todo en las entradas del parque, los cuales tienen montadas una especie de "viviendas" a base de cartones y plásticos. Suelen ser personas de unos 40 - 50 años que se han quedado sin trabajo, y no causan ningún tipo de problemas, ni suelen pedir limosnas (se considera una vergüenza).

No me hubiera importado ver el Museo de las Ciencias, pero dada la cantidad de niños que había, y que yo soy un poco alérgico a los mocosos, me encaminé hacia el Museo Nacional ,el cual alberga una extensa colección de objetos de valor arqueológico y artístico de varias eras de Japón y otros países asiáticos, entre los que hay estatuas, cuadros, escrituras tradicionales japonesas, armaduras y armas samuráis, pinturas...


Armadura samurái.


Pergamino de la época Edo.


Objetos para hacer teatro (peluca, traje, careta...).

Cuando salgo del Museo, camino de la estación de metro para ir hacia Akihabara, visito un pequeño templo al lado del museo. Con la lluvia, todo adquiere un ambiente mucho más místico...



Akihabara es la mayor zona de tiendas de electrónica del mundo mundial. Es un barrio lleno de centros comerciales gigantescos (como Ishimaru, LAOX y sobre todo Yodobashi), edificios con tiendas ocultas entre sus pisos, pequeñas tiendas de electrónica donde puedes comprar cualquier componente suelto, tiendas de ordenadores (en los 90 el mayor negocio de Akihabara eran los ordenadores, ahora mismo no es un sector tan importante), hobby stores (tiendas especializadas en merchandising y figuritas de series de anime, películas, series o videojuegos), edificios enteros llenos de manga y DVDs de anime, el sueño de todo otaku, y muchas tiendas de juegos donde no solo puedes comprar novedades, si vas a la segunda o tercera planta puedes encontrar juegos descatalogados de cualquier consola.

Después de perder bastante tiempo por esta zona, y como el hambre aprieta, como unos ramen en un pequeño restaurante.

Hago un pequeño paréntesis para contar algo sobre los restaurantes de Japón.
Muchos de estos restaurantes tienen una máquina a la entrada o en la misma calle, donde ponen los platos del menú, y tienes que sacar un ticket con lo que quieres comer. Una vez dentro, entregas el ticket, puedes comer de pie, sentarte a la barra o en alguna pequeña mesa. En 10 minutos fuera. Por unos 500 o 600 Y puedes comer muy bien.


Máquina de tickets donde elegir el menú.

Otros restaurante también económicos (donde puedes comer por unos 800 o 1000 Y) tienen en el escaparate los platos que puedes encontrar en su interior, son representaciones en cera exactamente iguales que la comida que sirven.





Hasta huele bien...


Detalle de uno de los platos de cera.

Cierro el paréntesis. Es hora de moverme hacia otra zona muy popular de Tokyo.

Shibuya es la zona donde más gente jovén puedes encontrar por metro cuadrado. Famosa por la gran cantidad de tiendas y ocio, el conocido cruce de Shibuya, se dice que es el más abarrotado del mundo y utiliza un stop en las cuatro direcciones para permitir a los peatones inundar todo el cruce, incluso en diagonal (conté 6 pasos de peatones en el cruce). En los edificios que se encuentran en frente están situadas tres grandes pantallas de televisión, inundando todo de imágenes y sonido. A veces se sincronizan y emiten la misma publicidad.


Cruce de Shibuya de noche.

En Shibuya se encuentran varios centros comerciales de moda. El más famoso de ellos es el llamado Shibuya 109, muy popular entre las adolescentes, ya que sólo hay tiendas para chicas.


Shibuya 109.

Camino del hotel, al lado de la estación de Ueno, se encuentra Ameyoko, la calle más famosa de Ueno. Se trata de una zona con un ambiente muy especial con un mercadillo donde venden pescado y verduras, ropa de segunda mano, zapatos, locales de Pachinko y algunos para adultos, y muchos restaurantes en plan “cutre".


Ameyoko (como indica el cartel).

Después de dar una pequeña vuelta, pues es tarde (Casi las 8 de la tarde) y están cerrando los comercios, compro algo de cena y desayuno para el día siguiente en el 7eleven (como casi todas las noches) y a dormir.

26 de noviembre de 2009

Día 13 - Tokyo en estado puro.

Va a ser el primer día que realmente haga turismo en Tokyo. Y tengo ganas.

Antes de iniciar la marcha, no puedo dejar pasar la poportunidad de volver a entrenar en el Aikikai Hombu. Así que una vez que salgo de clase a las 9, me dirijo hacia Asakusa.


Jarra de cerveza con la espuma (fresquita, mmhhh).

Es un distrito muy conocido siendo sus principales atracciones el templo Senso-ji (budista) que constituye el centro del barrio, el mercado de Kappabashi y el parque Sumida-koen.

Al templo Sensoji se accede por una puerta con un enorme farolillo rojo, y dos guardianes a los laterales, llamada puerta Kaminarimon.


Puerta Kaminarimon.


Acceso al templo Sensoji.

Una vez cruzas la puerta nos encontramos con Nakamise, una avenida entera llena de tiendas de souvenirs, comida, ropa...donde si no t controlas, puedes dejarte mucho dinero jeje

En casi todos los santuarios Shintoistas y en los templos Budistas se encuentra el Omikuji. Son tiras de papel de loteria sagrada. Consiste en echar una limosna, luego coger uno de los dos recipientes metalicos y moverlo ya que en su interior hay palillos largos con un numero, sacas un palito por el agujero y buscas el numero que te ha tocado en las cajitas numeradas, cada una tiene un tirador de color blanco. Sacas el papelito de la caja numerada y lees lo que te ha tocado. Lo que hay que hacer es atarlo a la rama de un arbol o a unas cuerdas que suele haber al lado, para hacer desaparecer la mala suerte, y si te ha tocado buena suerte para mantenerla.


Aquí los tubos con los palillos en el interior, y las cajas con papeles.


Soporte donde atar el papel que te haya tocado.

Al lado del templo se encuentra el parque de atracciones más antiguo de Japón, el Hanayashiki, inaugurado en 1853, hoy todavía funcionan algunas de sus atracciones. Una de las más famosas, es este "tiovivo" de casas colgantes.



Bueno,pues una vez visitado el barrio de Asakusa, cojo el metro para dirigirme hacia Odaiba.

Odaiba es una isla artificial en la bahía de Tokyo. Originalmente, se construýo para defender a Tokyo de los posibles ataques por vía marítima. Con el paso de los años, y gracias a que la economía japonesa de la década de 1980 estaba avanzando a grandes pasos, Odaiba fue entonces conceptualizado como una vitrina para mostrar un estilo futurista de vida, y actualmente se trata de un área comercial y de entretenimiento.


Vista de Tokyo desde Odaiba. Al fondo, el Rainbow Bridge.


Alguno de sus edificios más representativos.

Otra atracción de la isla es Palette Town, un complejo de ocio, tiendas y entretenimiento donde se encuentra la Ferry Wheel, una noria gigante de 115 metros de altura, que por la noche se ilumina, creando impresionantes dibujos sobre la oscuridad en la noche Tokyota.


Palette town, complejo de tiendas y entretenimiento.

También está Mega Web, el Salón del Automóvil de Toyota donde se pueden ver los últimos modelos de vehículos de la marca, híbridos y eléctricos, y alguna de sus últimas soluciones de movilidad personal, los Winglet. Son una pasada verlos en funcionamiento.


FT-EV II. Future Toyota Electric Vehicle. II. Como mola.


Varios modelos de Winglets. Yo quiero uno para Navidad!!


Autobús visto en Odaiba. Aquí en España lo apedrearían...


Tienda de accesorios para gatos (ropa, camas, comida...) en Odaiba.

Empezaba a anochecer, y aún tenía muchas cosas previstas para visitar en Tokyo. Así que volví a coger el tren de vuelta, y me dirigí hacia el centro administrativo y de negocios de Tokyo, para visitar el Tocho, o efidicio del Gobierno Metropolitano de Tokyo. Más que bonito es impresionante, y en el último piso hay un mirador de 360º gratuito desde puedes ver toda la ciudad.


Tocho.


Vista desde el mirador. Parece Blade Runner eh?


Rascacielos en la zona del Tocho.

Aún es pronto, son las 17:30, así que antes de ir hacia la torre de Tokyo, decido ir por la zona de Omotesando.
Es una calle comercial repleta de tiendas de ropa de primerísima marca. Pero lo mejor está en las callejuelas que parten desde Omotesando hacia el interior, con pequeñas tiendas de ropa más modestas, restaurantes... todo con un ambiente muy acogedor y con mucho encanto. Ahí se encuentra Omotesando Hills, un enorme edificio que hace las veces de centro comercial con más de 130 tiendas de ropa de lujo, entre otras cosas.


Gimnasio en Omotesando.


Tienda de Louis Vuitton en Omotesando (osea te lo juro Borjamariiii)


Bazaar Oriental, muy famosa por vender productos típicos muy bien de precio.

Son las 19, y comienzan a cerrar los comercios. Así que pongo rumbo a la famosa Torre de Tokyo, que cierra tarde. Después de bajarme en la parada equivocada de metro, y de andar alrededor de ella casi una hora, al fin llego a la Torre de Tokyo.
Mide 332,6 metros de alto, 8,6 más que la Torre Eiffel, con lo que es la torre de metal más alta del mundo, aunque no es tan conocida como la torre francesa. La Torre de Tokio pesa unas 4.000 Tm, a diferencia de las 10.100 Tm de la Torre Eiffel. Y está pintada de blanco y rojo, aunque por la noche se ve así de bonita.





Como no sé si algún día iré a París (Espero que si, alguna me acompañaaaa?), y por si no vuelvo a tener la oportunidad, subo hasta el piso más alto de la Torre por unos 1500 Y, en ascensor. Hubiera preferido subir andando, pero no se podía.


Impresionanteeeee!

Bueno, el día no da para más. Son casi las 22h, bastante tarde si tengo en cuenta que desde las 7 de la mañana estoy dando vueltas. Ha sido un día muy completo. Me voy hacia el hotel. He visto en una tele en el metro que mañana lloverá. A ver si se equivocan, ahora no parece que vaya a llover...

Día 12 - Tokyo. Aikikai Hombu Dojo y curiosidades varias

A pesar de que ayer me acosté tarde, y llevaba alguna cerveza de más, hoy me levanto a las 6 de la mañana. Primer objetivo: entrenar Aikido en el Aikikai Hombu Dojo, los cuarteles generales de la fundación Aikikai, organización que agrupa a varias instituciones nacionales de Aikido. Tienen clases por la mañana y por la tarde, en distintos horarios (va mucha gente a entrenar). Como está un poco escondido, no consigo llegar a la clase de las 7. No pasa nada, hay otra a las 8, y aprovechopara empaparme un poco de los conocimientos que exponen los aikidokas de la clase anterior.


Delante del Aikikai Hombu.


Yo en el dojo.


El tatami, tradicional, bastante duro. Quema mucho los pies.

Los que leéis este blog sabréis, y si no os lo digo, que llevo practicando Aikido cerca de 5 años (aunque no de manera continuada, ni en el mismo dojo ni con el mismo maestro).
Muy por encima, porque no es el objetivo de este blog, el Aikido es un Arte Marcial fundado por Morihei Ueshiba que persigue la búsqueda de la armonización de situaciones de conflicto, en vez de la destrucción, daño físico o derrota del oponente.

En cuanto acabé el entrenamiento, fui derecho a cumplir uno de los objetivos de mi viaje: traerme de Japón una hakama y un cinturón negro bordados, un boken y un jo (armas de mandera para Aikido). Prácticamente es lo único que he traído de Japón para mí, pero me dejé cerca de 30000Y en todo eso. Pero es que japonés. Y eso no tiene precio.

He quedado con Chizuru para dar una vuelta por un barrio a las afueras de Tokyo que tiene mucho encanto, Kichijoji, lleno de tiendas, bares, restaurantes, un gran parque, y un ambiente muy tranquilo. Aquí quedamos con Emiko, una chica japonesa (que aprendió español en Argentina. Es muy divertido escucharla hablar) muy guapa que estuvo en el karaoke ayer (la chica de rojo que hay a mi lado). Tomamos un café, y debatimos largamente sobre la sociedad japonesa, y su devoción por el trabajo. Es una pasada. Si a alguno le interesan los detalles sobre esto, me invita a un café y le cuento.

Ya por la noche, quedamos con la pareja de Murcia, Fran y Sergio, para despedirnos de ellos, ya que a la mañana siguiente se vuelven a España. Cenamos algo, tomamos una cervecilla, y al hotel.

Como el día de hoy no da para mucho, voy a contaros un par de cosas curiosas de Japón.

En cuanto pones el pie en el país nipón, lo primero que llama la atención es la cantidad de cables al aire libre que surcan el cielo por las calles. Y la pregunta es inmediata: ¿Por qué no los entierran bajo el asfalto como en la mayoría de ciudades del mundo? Pues la verdad es que no lo sé, yo me imagino que dado que Japón es un país propenso a sufrir terremotos, resulta mucho más económico y rápido reparar las averías sufridas si están al aire libre que si están enterradas, teniendo que levantar calles, reparar lo dañado y volver a cubrir. Si es verdad que están mucho más expuestos al deterioro por condiciones atmosféricos (lluvia, frío, viento...) pero les debe compensar.
Os dejo algunas fotos que he podido hacer en las calles de Japón. Si las ampliáis, os daréis cuenta realmente de la cantidad de cables que hay.









Otra cosa muy curiosa (aunque en realidad debería ser lo más normal del mundo en todos los países) es que no está permitido fumar por la calle. Mejor dicho, no está permitido fumar mientras se anda por la calle. Todas las aceras están llenas de avisos recordando esta prohibición. Ójala algún día esto suceda en todas partes, aunque me temo que en una sociedad como la nuestra, eso es pedir demasiado. Ya veremos si, para empezar, se deja de fumar en los bares, hospitales, centros de trabajo...


Traduzo: "PROHIBIDO FUMAR EN LA CALLE"


"Smoking on the street is prohibited". Que gran frase!

Sí que se puede fumar en la calle, pero sólo en los lugares habilitados para ello. Se trata de unos postes situados en algunas calles, donde la gente se para a echar el pitillo, y cuando acaba se va. Veamos un ejemplo:


Raro especímen de japo-seta fumando.

Para evitar la tentación de algunos japos desafiantes a la ley (no abundan, ya os lo digo) existe la figura del "vigilante del pitillo". Suelen ser personas jubiladas, que vigilan las calles para recordar a la gente la prohibición de fumar en la calle. Me parece que no denuncian ni nada por el estilo, únicamente recuerdan amablemente el respeto y consideración debida a sus semejantes.


Fijaros en el símbolo de su espalda (un poco borroso).

25 de noviembre de 2009

Día 11 .- Tokyo, al fin!

Primer amanecer en Tokyo.

Hoy he quedado con Chizuru, una guía japonesa que habla español, y que estuvo trabajando en laExpo 2008 de Zaragoza, como azafata en el pabellón de Japón (claro). Ha quedado con una pareja de Murcia, y con sus amigas que también trabajaron en la Expo. En total seremos unos 10. Que bien, vida social!

Haremos una excursión a Kamakura, famosa por sus templos y santuarios. El Templo de Kotokuin es uno de los más célebres por el Daibutsu, la estatua de bronce de 13.41 m. de altura y 93 tm de peso. En el S. XV un tsunami destruyó el templo que contenía la estatua del Gran Buda de Kamakura pero la estatua sobrevivió y ha estado en la intemperie desde esa fecha.


Daibutsu. Totalmente hueco, y puedes entrar en su interior a verlo por dentro.



También pudimos visitar otros templos, bastante bonitos, sobre todo por sus jardines.






No pude contarlas todas...teníamos algo de prisa.


Tan bien cuidados como siempre.


Para comérselos, angelicos...


Primera foto donde veo que no ponen los dedos en V. Se me vino abajo un mito...

Después de tanta visita, y comer en un restaurante bastante barato (que no por ello comimos mal) nos fuimos hacia la playa de Kamakura. La idea de bañarnos no cuajó, no porque no lleváramos bañador, sino porque hacía fresquete. En lugar de eso, fuimos a un bar enfrente de la playa a tomarnos unos batidos. Desde la primera planta del bar se podía ver el mar.


Bar estilo Chill Out frente a la playa.


No vimos el atardecer, estaba nublado. Hubiera sido un puntazo.

Por la tarde, ya en Tokyo, habían reservado un restaurante muy curioso para cenar. No era barato, unos 3000Y (27 €), pero tenías dos horas para comer y beber todo lo que pudieras. Se trataba de unas mesas con placas vitrocerámicas sobre las que había unas ollas con agua hirviendo. Podías sazonar el agua con verduras, algas... y la cena consistía en unos platos enormes llenos de carne fileteada (como carpaccio) que tenías que meter en el agua unos segundos, hasta que se cocía.


Experto en el arte de manejar los palillos.


Toda la tropa a la mesa.

Por cierto, muy buena la cerveza japonesa, que no desmerece en nada a la española. Es más, yo diría que está bastante mejor. Las marcas más famosas de cerveza japonesa son Sapporo, Kirin y Asashi. Por si veis algún día en algún supermercado y queréis probar. Los platos de carne había que ir a busarlos, pero la cerveza, con gritar "Sumimaseeeen" cada vez que pasaba una camarera, y enseñarle la jarra vacía, listo.

Después del atracón de carne, la idea de ir a un karaoke (yo estaba empeñado, no quería irme de Japón sin entrar a uno de los típicos karaokes, que no tienen nada que ver con los que hay aquí) gustó bastante, bien sea por lo popular del garito, o por las cervezas y el saké de más.


Calle de Shinjuku donde estaba el karaoke. Muy animada.


Entrada al karaoke.


Puedes elegir disfraz, pero no íbamos tan borrachos.

Así que, después de pagar otros 3000Y por dos horas de karaoke, (y nuevamente toda la bebida que quisieras) nos metimos en la habitación. La mesa tenía una pantallita inalámbrica para elegir canciones, un tomo de enciclopedia con todas las canciones el mundo (perdón, casi todas, la del Tractor Amarillo no la encontré, si no, vaya subidón), panderetas, maracas, micrófonos...


La peña cogiendo sitio.


Sala del karaoke vista desde mi posición (sentado) al fondo de la habitación.


Vaya soltura con la maraca, ni Machín en "Dos Gardeniaaaas para tiiii".


No sabía que cantara tan bien, oye...


Afán de protagonismo del cubata, en primera fila...

Bueno, se acabaron las 2 horas de karaoke, y la noche no da para más. La gente (a pesar de no ser ni las 12) se comienza a dispersar. Yo me quedo con ganas de más, pero no hay manera de convencer a nadie.

Ha sido un buen día, he conocido a gente muy maja, y me lo he pasado súper bien. Tokyo, es lo que tiene.